Historia de una vida
En el origen
Nací un 3 de julio de 1979 en el hospital Vall Hebron, en Barcelona. Mi primera palabra fue: Coche.
Primeros pasos
Yo siempre juro por mi abuelo cuando el juramento es inquebrantable y sagrado. Él me compró dos veces repetido a Greedo de la colección Star Wars kenner. También me regaló para reyes el Slave I de Bobba Fett cuando era pequeño. Me gustaba orinar por su balcón hasta que un día alguien me gritó desde abajo y me asusté, y dejé de hacerlo. Viviamos en Santa Coloma de Gramanet. Para los carnavales me disfrazaba de Superman. Me ponía el traje debajo de la ropa y mostraba la S abriéndome el jersey.
El niño único
Era el centro de atención hasta que, naturalmente, nació mi primo. En Palau de Plegamans perdí toda mi colección de muñecos Star Wars. Para caer bien y ser aceptado dejé que mis vecinos me los apedrearan cada mañana para divertirse. Y yo contribuí a este trágico episodio que me marcaría en la infancia. Me pasé dos décadas buscándolos a fin de volver a recuperar mis preciados muñecos. Allí tenía un pastor alemán cuyo nombre no recuerdo y a mi Sansón. Te quiero Sansón.
No quería crecer
Antes de mudarnos a Palau está Singuerlin; Hipercor (Antes y después del atentado); el Bar Andaluz donde solía llevarme mi abuelo a comer pescaíto frito; el Bar del Paco y el olor a vieja caja de zapatos de la librería de "la portugesa". En una estrecha calle adjunta a Hipercor, en una pequeña tienda que hoy día es un pequeño bar, de una cesta situada a la entrada, obtuve mis primeras figuras Star Wars: Han Solo y Luke, ambos de la Guerra de las Galaxias. Fui a ver el Retorno del Jedy de estreno a los Cines Goya. También la Historia Interminable.
La infancia me persigue
Crecí, preservé la infancia pero perdí la ternura con los animales. Los animales fueron mi única laguna negra en la infancia. Fui cruel con los pobres grillos y tanto gatos como perros me importaron bien poco. Esto tampoco cambió en mi adolescencia hasta que entraron Mofly y Nuca. Ellos pusieron la primera piedra a mi devolción actual por ellos. Los animales me han hecho mejor persona.
Los Inmortales
Soy altamente sensible al dolor de la pérdida desde siempre. Jamás he estado en un velatorio ni en un entierro. No puedo. Te queremos mucho.
Cosas de primos
Tenía una caja de madera llena de GI-Joes. Ciertamente, éramos inseparables. Nunca pudieron llenar el vacío que me producían los muñecos Star Wars Kenner. Fui injusto con ellos, llenaron mi infancia. Hawk, Ojos de Serpiente, Spirit, Kung-Fu, Ley y Orden... Eran algunos de mis favoritos.
Afortunado en la Tierra
En esta vida he hallado a mis verdaderos padres. No habrá otros igual. De aquí a la eternidad siempre serán ellos. Los he tenido, los tengo y los tendré siempre conmigo. Los quiero tanto que duele decirlo.
La gran batalla
Mi gran obsesión es el pelo. Me tendría que haber quedado calvo a los veinte pero no fue así. Pastillas, minoxidil, champús anticaída y tratamientos naturales sin implantes han hecho posible el milagro no sin notables pérdidas. El objetivo ya se cumplió tras cumplir 40. ahora ya todo lo que venga es un proceso natural. Los cojones a la que pueda me voy a Turquía y me pongo una melena de caballo que me llegue hasta el culo.
Fernando Redondo
He tenido todo tipo de motes: Redondo, Moquillo (hijos de puta jaja), Trunks, Michael Nai, Guti, Federer, Mijatic, NINJA ( Mi favorito). Mi verdadero nombre es RAEL. Rael es el "ángel inspirador" de Peter Gabriel. El cura dijo que ese no era un nombre y que no me bautizaba. Me pusieron Israel. Luego se equivocaron en el registro civil y me llamaron: Isabel. Mis padres tuvieron que correr a cambiarlo. Sólo en el seno de mi familia me llaman Rael, el resto me llama: Irra, Isra, Israel... Amorcito ;)
Harrisson Ford es mi ídolo
Mis películas favoritas son: El Imperio Contraataca, el Profesional, Batman Vuelve, y Drácula de Bram Stoker´s. La que más veces he visto seguramente sea En busca del Arca Perdida. A mi pobre abuela la tenía frita con esta película. El cine es mi pasión desde siempre. Veía muchas pelis con mi madre en el sofá de casa, en Gualba. íbamos al videoclub con mi padre y luego a por chucherías, y nos la comíamos viendo pelis como si fuera el cine.
El gran Bobba Fett
Mi madre trajo a la Nuca para hacerme compañía. La pequeña cascarrabias gruñona cumplió con creces. Luego, vino él. Ambos compartieron nuestro mundo, pero Bobba Fett fue el último perro que tuvimos. Su enorme vacío no pudo ser llenado por ningún otro. Con ellos termina mi adolescencia y parte de mi juventud. Al gran Bobba Fett le debemos el amor que todos sentimos por sus semjantes en cualquier forma. Se fue con Dios mientras se dormía en mis brazos. Ahora es un ángel.
Leonardo Di Caprio
Uno de los grandes misterios que envolvió mi juventud fue la época en que decidí convertirme en el aclamado sex symbol de la época: Leonardo Di Caprio. Uno de mis mayores secretos es que en ocasiones me creía realmente él, cuando ciertamente me parezco lo que un huevo a una castaña. Bobadas de juventud. Me alisaba el pelo y me lo peinaba de lado, como él, menos mal que no era feo porque de ese modo se apreciaba claramente que podría llegar a ser un gran rematador de cabeza. La tontería me duró hasta los veinte, luego ya, felizmente, como todo en la vida, se fue.