Permítanme que me presente
He aquí mi legado,todo cuanto escribí y escribiré quedará aquí; todo lo que soy está aquí y así me haré inmortal tras mi muerte.
Querido lector, gracias por encontrarme. Andaba perdido en la penumbra hasta que te conocí. De nuevo gracias, por cubrirte de mis palabras, por mostrarte en el momento en que más te necesito. Deseo fervientemente que seas la luz de mi oscuridad. Lamento que tengas que oír a mi consciencia, pues, cuando miro hacia adelante veo una alargada sombra de vanidad atravesando un territorio que me es desconocido; y como el vampiro que no se adapta a la época que está viviendo me quedo quieto para así poder sentir la calma antes de la tormenta. La noche es ahora mi mejor aliada. Ya que todo sigue igual, confieso que en sueños abro la ventana en pleno invierno para dejar entrar a la luna. Confieso que no he sido como los otros han querido que fuera. El rumbo que tomó mi alma marcó un sendero en solitario que por el día se oculta. Abriéndome a ti, revoloteando en la frontera de tu corazón, quisiera contarte la verdad. Sufro por cada ser vivo aun siendo un morador de tiempo, que es lo que soy, como tú, que ahora coges el peso de las riendas de mi obra. Mis aspiraciones se marchitaron con mi adolescencia. Descanso mejor añorando rosas que siendo asfixiado por ellas. La fama no resplandece en mi mundo, se oye como un golpe, y algo que se olvida tan pronto no puede ser mi objetivo. En cuanto al triste color del dinero y su macabro silencio he cambiado mis pueriles deseos por hacer feliz a los otros. Es increíble lo que un animal agradece un acto bondadoso. Escribo porque no dejo de gritar nunca.
La obra que dejo en ti es toda mi experiencia con el otro lado. Tú eres el último capítulo de mi obra. Caminarás muy lejos, conocerás a muchas personas, vivirás un sinfín de peligros, quién sabe si en éstas páginas te reencuentres con alguien que conociste. Nuestros caminos se cruzan aquí, en este preciso instante; nosotros, tú y yo, seres de letras, preparados para convertirnos el uno en el otro. Lo has hecho muchas veces, cuento con tu experiencia, mi querido morador de tiempo, mi preciada viajera, ambos guardianes de la frontera que separa la realidad de las ilusiones. Gracias por acogerme.
Nací en un día de julio, sin brillo, bajo un sol sin viento. Tuvieron que pasar más de veinte años desde entonces para forjar un vínculo con la escritura. Y en mi más estrepitoso fracaso fue ella quien me encontró a mí. Tú que sabes bien lo que es ponerte en la piel del personaje a buen seguro que conocerás el concepto de la metamorfosis. Eso es lo que ocurrió. Cuando el suelo se deshace bajo tus pies solo queda el vacío; vacío, para construir. El resto es una peregrinación por el frío invierno para cubrir el dolor exterior con la interior belleza. El final es la verdad, saber que existe la vida y que desde ahora habrá que comprenderla.
Espero y deseo que en nuestras letras descubras que el amor es esencia en sí mismo, que es tu imaginación la que hará de estos personajes valientes o por el contrario vulnerables; que tu embarque aquí y tu posterior aventura en otra época se lea como la novela de tu propia historia de ficción. A partir de ahora tú eres mis ojos y mis oídos, el alma está en cada página, el corazón lo pones tú.
Por último, y con todo el cariño, quiero enviarte mis mejores deseos por haber depositado en mí tu confianza. Sea cual sea el resultado llevaré tu mensaje lejos de la sospecha sirviendo a quien tanto amor ha retenido en un aliento.
Un placer coincidir en el tiempo contigo.
Israel